Canciones Tristes

Corre el año 1994 y Los Ángeles —y el mundo entero— queda noqueada por el suicido del icono musical del momento. La noticia coincide con la reestructuración de la emisora donde trabaja Esopo, enfangado en la disertación de fin de grado y miembro de un trío de rock instrumental en ese momento que separa a los que logran dar el salto y a los que no. Esopo se encuentra pues en un punto de inflexión que su veinticinco cumpleaños —y la aparición sorpresiva y fascinante de una mujer— no hace sino cristalizar: quiera o no, ha de tomar una serie de decisiones que probablemente definan lo que la vida vaya a depararle.
A través de audaces recursos narrativos, un lenguaje y un estilo ricos y dinámicos y una galería de personajes memorables, Canciones tristes es un relato de maduración, no exento de nostalgia ni de humor, que plantea varias de las preguntas fundamentales a que, antes o después, han de hacerse frente. Y es también un canto al poder curativo de la música, a la amistad, al valor del pasado como escuela de aprendizaje y del futuro como territorio de esperanza, así como el retrato de una época que la eclosión de la tecnología cambiaría para siempre.